1 abr 2015

El psicólogo de enfrente

Era primavera. Empezaba el buen tiempo. Ella estaba ayudando entre semana a un amigo en el restaurante porque su compañera había tenido un bebé y estaba con la baja maternal. Estaban terminando de recoger las últimas mesas y él iba a empezar a hacer caja cuando sonó el teléfono. El atendió la llamada.
Era un cliente habitual que vivía cerca. Se conocían bastante y ella siempre le había comentado lo atractivo que le parecía. Habían coincidido en el asador más de una vez y siempre había habido miradas, guiños y sonrisas entre ellos.
Esa noche estaba solo en casa, había trabajado hasta tarde y no le apetecía cocinar. Después de mirar algunos cupones descuento de distintos sitios con servicio a domicilio, decidió llamar aquí y que le preparasen algo rápido. Dejaría al niño dormido diez minutos y enseguida estaría arriba de nuevo.
Ella se hacia una idea de lo que hablaban por lo que oía a su amigo y haciéndole un gesto le dijo que ella se lo llevaba.
El se lo comentó y le pareció una gran idea. De hecho le pareció tan buena idea que algo se revolvió en su entrepierna.
Quedaron en quince minutos y mientras su amigo preparaba la comida ella se retocaba.
- No me esperes para ir a casa, le dijo mientras le daba un beso en la mejilla.
- Como te lo montas, le contestó él, devolviéndole el beso.
Salió del restaurante y se dirigió hacia la carretera para cruzar hasta la manzana de casas que había enfrente. Era una zona nueva que aún no estaba urbanizada del todo, unas pocas casas de tres alturas y un enorme parque urbano.
Cuando llegó al portal tocó al timbre deseando que le dijese de subir y no bajase él ...
-Quien?, oyó por el interfono (como si no supiese quien era)
-Te traigo la cena, contestó ella.
Se oyó el sonido de la apertura de la puerta y ella sonrió abiertamente al ver que él daba por supuesto que subiría.
Vivía en el segundo piso, podía haber subido andando pero quería comprobar en el espejo del ascensor si todo estaba en orden. Se ajustó el escote, se atusó un poco el pelo y comprobó que tenia los labios bien pintados.
Justo cuando comprobaba que los vaqueros quedaban en su sitio oyó el timbre que anunciaba que había llegado al piso.
Se abrieron las puertas y él le estaba esperando apoyado en el marco de la de su casa.
-Hola, dijo el mirándola de arriba abajo con una sonrisa de aprobación
-Hola, contestó ella acercándose.
Le alargó la bolsa con la comida y él estiro los brazos para recogerla. La abrió, saco las cosas y mirándola dijo:
-Aquí hay mucha comida. Quieres cenar conmigo?
Se apartó de la puerta para dejarle paso y ella sin contestar nada entró.
El dejo todo encima de la mesa del pasillo y tras cerrar la puerta tras de él, le agarró de un brazo y atrayéndola hacia él le cogió por la cintura y le besó en los labios.
Ella correspondió al beso con pasión mientras se apoyaba contra la puerta. El le levantó los brazos por encima de la cabeza sujetando las muñecas con una mano y mientras le rozaba el cuello con los labios bajó la otra hacia uno de los pechos manejándolo con una caricia que hizo que el pezón se pusiera duro y sobresaliese por entre la fina tela de la camiseta.
Seguían besándose cada vez con más lujuria y ella pasaba una de sus rodillas por la entrepierna de él notando como su polla iba creciendo y poniéndose dura.
El soltó sus manos y dejó que ella comenzase a desabrochar su pantalón y le quitase la camiseta. Mientras metía una de sus manos por el gayumbo, su boca daba cuenta del cuello de él y de su pecho. Lamía sus pezones y alrededor de ellos a la vez que iba sacando cada vez mas el capullo acariciándolo suavemente con dos dedos y echando hacia atrás la piel.
La camiseta de ella tenia unos finos tirantes que se ataban en lo alto de cada hombro con un nudo. El tiró despacio de uno de los cabos y la camiseta se soltó cayendo hacia la cintura. Cuando los pechos quedaron al aire él no pudo mas que pararse un rato a mirarlos. Eran grandes y su blancura contrastaba con el tostado del sol en el escote. Tenia unas areolas proporcionadas de un tono marrón claro y unos pezones también grandes que en ese momento parecía que le apuntasen excitados. Las acarició con ambas manos y se metió una de ellas en la boca. La succionó como si estuviese mamando y saboreó con placer su sabor.
Mientras tanto ella le quitó los pantalones y echando hacia abajo el boxer dejó libre la excitada polla. La cogió con una mano y empezó a moverla primero despacio y después cada vez más rápido. Acariciando con la otra los huevos.
Cuando llevaban así un rato, bajaron el ritmo para terminar de desnudarse. En realidad el solo tenia que levantar los pies y dejar caer los calzoncillos al suelo pero ella aun llevaba los vaqueros puestos. Sin dejar de acariciarla le cogió las manos y se la puso cada una en una teta y acercando la boca a su oído le susurro:
-No dejes de pellizcarte los pezones...
Ella se mojó los dedos con la lengua y los agarró para hacer lo que le había pedido. Mientras él le quitaba los pantalones. Se quedó gratamente sorprendido al ver que no llevaba bragas. Eso le excitó muchísimo, tanto que cuando terminó de desnudarla se agachó y le separó las piernas, abrió los labios con dos dedos y acercando su cabeza comenzó a lamerle el clítoris de tal manera que ella se apoyó en la puerta mientras arqueba la espalda y daba un gemido de placer. Y a la vez que se acariciaba los pezones bajó una de sus manos para apoyarla en la cabeza de él acariciándole con las uñas y jugueteando con el pelo.
El estaba mordisqueándole el clítoris mientras dos dedos jugaban a la entrada de la vagina. La rodeaban y entraban y salían cada vez mas rápido. No paraba de gemir y jadear cada vez con mas intensidad con lo que él supo que estaba a punto de alcanzar el orgasmo.. Le dió la vuelta, le agarró de la cintura para ponerle en postura y empezó a comerle el culo y el coño desde atrás mientras una mano le acariciaba el clítoris y la otra le separaba las nalgas.
Ella con una mano se apoyaba en la puerta y con la otra se acariciaba los pechos, cada vez más rápido siguiendo el ritmo que él marcaba con su lengua y con sus dedos entrando y saliendo de su vagina.
Notaba el climax cada vez más cerca. Por eso abrió bien la vagina con ambas manos e introdujo la lengua moviéndola muy rápido. Ella emitió un profundo suspiro, movió el culo hacia afuera y él se preparó para beber lo que ella le entregaba...
Cuando terminó , ella se giró sonriendo y cogiéndole de la mano lo llevó hasta una butaca pequeña de cuero que había en la entrada, se sentó con las piernas abiertas y húmedas y le atrajo hacia si agarrando su polla con una mano y metiéndosela en la boca.
El la sujetó del pelo sin dejar de mirarla mientras ella le devolvía todo el placer que él le había dado. Colocó sus manos en las caderas marcando el ritmo y aumentando la velocidad de los movimientos. Al cabo de un rato de estar así él agarró la polla y la sacó de la boca sin dejar de masturbarse y de pellizcar los pezones de ella. Ella sacó la lengua justo en el momento en el que él se corría recogiendo parte del semen con ella y dejando caer el resto por el cuello hacia las tetas...
Recogió un poco con los dedos y llevándoselo a la boca le dijo:
-Necesito una ducha...
-Sólo si me concedes un segundo asalto. contestó el devolviéndole el gesto...


22 mar 2015

El masaje

Ella trabajaba en un centro de medicina estética como esteticista y masajista. Y él la conocía del gimnasio que había enfrente. No iba mucho pero habían coincidido unas cuantas veces. Le parecía una mujer atractiva y cuando habían hablado en la cafetería, inteligente y simpática.
Desde que la conoció había intentado acercarse a ella pero no le había dado muchas opciones. No parecía tímida así que supuso que alguna mala experiencia le había convertido en recelosa para con los hombres.
Pero cuanto más le veía y más hablaba con ella más le atraía. Una de estas veces le preguntó donde trabajaba y al decírselo enseguida le vino una idea a la cabeza. Lo mejor era entrar en su terreno. Se invento unos músculos tensos y algún pequeño dolor y ella le dijo que se pasase a pedir hora cuando quisiera. Pero él quería algo más que eso y se le ocurrió decirle que por horario de trabajo era complicado hacer un hueco. Así que sin pensarlo mucho le dijo si no podía hacer una excepción un mediodía y cogerle fuera de hora...Luego la invitaba a comer. Ella lo pensó un momento y cuando él ya creía que se iba a negar, le dijo que si con una sonrisa.
Quedaron para dentro de dos días. El no quiso darle opción a arrepentirse así que pago los desayunos y se despidió. Al día siguiente fué al gimnasio a otra hora para no encontrársela, así que la siguiente vez que se vieron fue en el momento en que ella le abría la puerta después de tocar el el timbre.
- Hola, dijo ella al verle.
- Buenas tardes, contesto él, gracias por recibirme.
- De nada contestó ella sonriendo mientras le daba paso a una amplia habitación muy iluminada por la luz del día gracias a los inmensos ventanales que daban a la calle.
Le indicó el biombo para que se desnudase y le dijo que luego se tumbase boca abajo.
- Desnudo del todo, por favor.
Eso le pilló desprevenido, pero a la vez le excitó. Notó como un escalofrío le recorría la columna mientras se tumbaba en la camilla.
Ella estaba entre esta y el ventanal. LLevaba una bata blanca de cremallera hasta un poco más arriba de la rodilla. Y le sorprendió que se hubiese descalzado. El sol le daba a contraluz dejando entrever un sujetador blanco y unos culotes del mismo color. El no podía apartar los ojos de ella y cuando se volvió tuvo que bajar la vista rápidamente para disimular...
Ella cogió una toalla y la colocó sobre el culo de él tapando lo justo. Se embadurnó las manos con un aceite y se colocó de pie delante de él.
Le pidió que se apoyase en la barbilla y cuando lo hizo pudo ver que llevaba la cremallera un poco bajada abriendo escote. Tenia un canalillo divino, unos pechos grandes que asomaban por la mitad del sujetador y se imaginó unas areolas y unos pezones proporcionados.
Ella había empezado a masajearle suavemente las sienes y el cuello y mientras él imaginaba que paseaba por entre sus pechos ella fue bajando por la espalda desde los hombros hasta la cintura y vuelta. Se movía de vez en cuando hacia los costados de la camilla para acceder mejor a una zona u otra. Todo esto le estaba poniendo muy cachondo, no podía dejar de pensar en follársela allí mismo. Y cuánto más lo imaginaba, más se excitaba. De pronto notó como ella retiraba la toalla, cogía un gel y se lo echaba por el culo y las piernas. Estaba al lado derecho de el masajeando con las palmas de las manos sus nalgas fuertemente y después pasaba suavemente las yemas de sus dedos... Se estaba volviendo loco. Tenia la polla durísima y no sabía como iba a poder aguantar. Cuando ella pasó a los muslos masajeando la cara interna rozó levemente sus huevos y el pensó que si volvía a hacerlo se correría en ese instante. Pero no, no sabia cómo pero estaba aguantando....Cuando hubo terminado con las dos piernas oyó como le decía:
- Date la vuelta por favor...
- Bufff, dijo él, voy a tener que esperar un poco...El masaje me ha excitado y estoy empalmado...
La verdad es que no esperaba esa reacción por parte de ella. Pero no se lo pensó dos veces cuando ella le repitió:
- Date la vuelta anda...mientras se bajaba la cremallera de la bata.
El bajó de la camilla y trayendola hacia si la agarró por la cintura para besarla y mientras le metía la lengua en la boca acariciaba su culo y sus tetas notando por fin esos pezones que llevaba rato imaginando.
Sin dejar de besarla en el cuello y los pechos acerco su polla a la entrepierna de ella restregándola por sus bragas notando como las mojaba.
El estaba muy excitado y quería que ella se pusiera a mil rápidamente así que la cogió y la puso sentada en la camilla con las piernas hacia fuera. Ella apoyó los codos y él le abrió las piernas apoyando los talones en el borde. Le mordisqueó un rato los pezones mientras acariciaba con la palma de la mano su coño y cuando notó que ya estaba inténsamente mojada, le quitó las bragas, separó los labios con dos dedos y mientras metía otros en la vagina empezó a lamerle el clítoris a un ritmo fuerte que hizo que ella arquease la espalda echando la cabeza hacia atrás y jadease sin parar.
Cuando la vió cercana al éxtasis agarró su polla con una mano y dió unos golpes con el capullo en el clítoris, la pasó de arriba a bajo por toda la raja hasta el culo y sin esperar más la metió de una embestida.
Empezaron a moverse al unísono como si lo tuviesen preparado, ella sujetándose fuertemente a la camilla y el masajeando sus pechos.
Con cada embestida notaban como los huevos golpeaban el culo de ella, aumentaban los jadeos y los movimientos de ambos cuerpos. Se sabían cerca del orgasmo así que él le agarró a ella por la nuca y parando unas décimas de segundo sacó la mitad de la polla para meterla de golpe de nuevo, repitiendo esto tres o cuatro veces....
- Dónde quieres que me corra?, preguntó él.
- Quédate dentro, le contestó ella. Y bésame.
Acercó sus bocas y le lamió los labios mientras ambos aumentaban el ritmo de los movimientos. Y justo cuando le estaba mordiendo los labios y ella le agarro del culo como si quisiera que entrase aun más el chorro de semen inundó su interior a la vez que ella jadeante alcanzaba su orgasmo...
Cuando cesaron las palpitaciones y los temblores de placer él salió y ayudó a que ella se pusiera de pie. Le dió un beso en la boca y le preguntó:
- Cada cuanto seria bueno un masaje de estos?
Y ella lamiendo aun los jugos del placer le miró a los ojos y haciéndole un guiño le dijo:
- Vuelve cuando quieras...


12 mar 2015

El desconocido

Era viernes y ella había ido a cenar a un restaurante de la Parte Vieja con unos amigos. Hacía muy buena noche y decidieron sentarse en una de las mesas de fuera. No había muchas libres y eligieron una enfrente de una pareja. Nada más sentarse vió que él levantaba la vista de la carta y se quedaba mirándola. No supo porqué pero sintió un pinchacillo agradable en el estómago cuando sus miradas se cruzaron. Se sentó de manera que quedaba frente a él.
El camarero llegó con el vino. el pan y la carta. Pidieron y ella se dió cuenta de que él la miraba todo el rato y que ya ni siquiera lo disimulaba. Sólo cuando ella le sostenía la mirada, él la bajaba como si estuviese haciendo algo malo.
A ella le entraron unas enormes ganas de jugar con él y empezó a coquetear descaradamente. Se pasaba un hielo por los labios, sacaba sensualmente la lengua, sonreía cuando él le miraba. Incluso llego a guiñarle picaramente un ojo en una de las ocasiones en que mantuvieron sus miradas largo rato.
Dispuesta a no perder la ocasión de pasar un buen rato y viendo que él se levantaba hacia la barra, hizo lo mismo con la excusa de ira a pedir otra botella de vino.
Se coloco a la derecha de él dejando insinuante una estupenda panorámica de su precioso escote. El lo miró de reojo y sintió que toda su anatomia había captado la maravillosa vista.
Ella lo notó asi que viendo que a la izquierda de él estaba el periódico, le preguntó al camarero si lo tenían. Este contestó que sí, que estaba en aquella esquina y ella pasó por detrás de él rozando su espalda con sus pechos y cuando fué a cogerlo, él alargó la mano primero y se le adelantó. Sus manos quedaron una encima de la otra y sus miradas hablaban ya por sí solas.
- Te espero en el baño, le dijo ella, y apartándose de él, se dirigió hacia allí.
El empezó a sopesar que hacía, pero enseguida se dió cuenta de que precisamente eso es lo que no tenía que hacer, asi que no lo pensó más y se dejó llevar.
Ella volvió un momento la cabeza para mirar si le seguía y le regaló una de sus mas pícaras y sensuales sonrisas cuando vió que lo tenía detrás.
Cuando llegaron a la puerta del lavabo, ella le dijo que entrase primero y se quedó en el espejo como si se estuviese retocando el maquillaje.
A los pocos segundos, entró donde él estaba. Le notó excitado y nervioso. Decidió juguetear con él un rato. Le sentó en el inodoro y se sentó encima suyo. Hizo amago de ir a besarle en la boca, pero sólo saco la lengua para lamerle los labios. El estaba a punto de estallar. Necesitaba que se relajase, así que le agarró despacio de una mano y la llevó a uno de sus pechos. El notó por encima de la camiseta un pezón duro y no pudo aguantar más. Le agarró los dos pechos y comenzó a acariciarlos cada vez más y poco a poco fue levantando la camiseta y dejó al aire dos hermosísimas tetas que empezó a lamer insistentemente mientras ella se balanceaba encima suyo acariciándose ambas entrepiernas. Una iba creciendo y la otra humedeciéndose de placer.
Así estuvieron un rato, besándose en la boca y poco a poco fueron bajando las manos para empezar a desabrocharse los pantalones el uno al otro con tranquilidad, como si el tiempo fuera se hubiese parado y sólo importase para ellos lo que ocurría en ese pequeño habitáculo.
En realidad así era, estaban disfrutando cada segundo el uno del otro. Ahora estaban ya tocándose con gran excitación y ella se apartó un poco para que él se levantase. Cambiaron las posiciones quedando él de pie frente a ella. Su polla quedaba perfectamente situada para que ella la agarrase con una mano y pasando la punta de la lengua por el capullo en suaves movimientos circulares hiciese que él se estremeciese de placer. Con la otra mano acariciaba su clítoris y metía un dedo en el coño humedo preparándolo para lo que iba a venir.
Paso de lamérsela a meterla completamente en su boca y moverla dentro sintiéndola inmensa y caliente como se la llenaba entera con sus diestros movimientos de muñeca.
El notaba como su excitación iba en aumento y sabiendo que el momento del orgasmo estaba cerca le agarró del pelo marcando durante un rato el ritmo. Luego paró y sacándola, le levantó, le puso contra la pared y separándole las piernas, se agachó, le separó los labios con dos dedos y empezó a pasar su lengua por el clítoris primero para meterlo en el coño después. Eso les puso a mil, les costaba ahogar los gritos de placer y los gemidos sordos que emitían aún les excitaban mas. Estaban a punto. Ella se dió la vuelta y con un movimiento de cadera se le ofreció por detrás. El sin dudarlo preparó el terreno con dos dedos lubricándolo con los jugos de ambos y cuando estuvo a punto metió la punta de su polla suavemente y a medida que veía que no había resistencia un poco más y un poco más hasta que la tuvo dentro. Se movían acompasadamente sintiéndose el uno al otro. El acariciaba sus pechos y ella estimulaba su clítoris con la cabeza ladeada para poder entrecruzar sus lenguas.
Los movimientos fueron en aumento poco a poco a medida que el clímax se acercaba.
Dejaron de besarse, él la atrajo fuertemente hacia él para aumentar las embestidas sintiendo como se corría. Le besó el cuello y entre gemidos ella le dijo:
- En la espalda, córrete en mi espalda.
El sonrió, levantó la camiseta, esperó a que ella terminase y sacándola despacio la movió firmemente. Y mientras ella terminaba de estremecerse, sintió como la cálida corrida de él inundaba su espalda.
Esperaron un rato besándose, limpiándose y cuando estuvieron listos, salieron juntos del lavabo sin importarles mucho el resto del mundo. En realidad durante un rato, para ellos ese mundo ni siquiera habia existido.


2 mar 2015

Servicio de habitaciones

No hacía mucho que se conocían pero parecía que llevaban media vida siendo amigos. Se habían conocido por casualidad y la verdad es que enseguida habían congeniado. A ella le encantaba lo tranquilo y sereno que era él para todo, bueno para casi todo, y a él lo transparente que era ella. con ella no había suspicacias, ni malentendidos ni segundas intenciones, lo que se veía es lo que había...y a él le gustaba muchisimo lo que se veía.
Estaban en contacto continuo por internet e intentaban quedar siempre que podían para hacer una escapada de fin de semana. Esta vez él tenia una feria importante relacionada con su trabajo y ella se había acercado los últimos días para estar con él.
Hacía una hora que se había bajado del tren, había cogido un taxi y habían quedado en verse en el hotel cuando él terminase. Le había llamado por telefono para asegurarse que había llegado bien y ella le había comentado que iba a darse un baño y a descansar un rato. Así que se encontrarían en la habitación.
Cuando terminaron de hablar, deshizo la maleta y se pegó una ducha rápida. Puso algo de música y se tumbo en la cama.
Bajó la luz dejando la estancia en penumbra.
Habrían pasado unos diez minutos cuando tocaron a la puerta y se oyó una voz desde fuera diciendo:
- Servicio de habitaciones...
- Está abierto, contestó ella sonriendo.
Se abrió la puerta y una mano apagó la luz del todo. Entró alguien. Sintió unos pasos firmes de hombre andando hacia a ella y aunque no podía verle, notaba como se estaba desnudando. Escuchaba el ruido de la ropa, botones al soltarse, cremallera al bajarse...como se acercaba a ella. De repente notó como la sábana que le tapaba se movía en dirección a sus piernas mientras una mano se deslizaba con provocación sobre uno de sus muslos subiendo por él llegando a sus bragas y deslizando los dedos sobre ellas en busca de su entrepierna. Ya empezaba a estar húmeda y al sentir las yemas de los dedos sobre ella separó las piernas dejándose hacer, inmóvil, excitada respirando poco a poco cada vez más jadeante.
En un movimeinto brusco notó como toda la ropa de cama caía al suelo quedando expuesta, desnuda, sin nada que cubriese su cuerpo.
Notó como él respiraba su aroma a la altura de su cuello mientras su mano recorría el borde superior de sus pechos jugueteando, subiendo, posándose sobre uno de ellos con delicadeza pero de manera contundente, mientras entre las piernas los dedos no dejaban de moverse arriba y abajo. Se notaba cada vez más mojada. estaba muy excitada y espectante a cada movimiento de él.
Sintió los labios de él recorriendo una de sus orejas, la mano seguía recorriendo sus pechos y la otra había entrado en su coño haciendo que ella levantase algo las caderas para facilitarle la labor.
La boca de él estaba ahora recorriendo los pezones. Le cogió de una mano y se la acercó a su polla firmemente para que notase lo excitado que estaba y crear en ella aun más excitación. Pero sin dejarle hacer nada mas.
La mano que le recorría el clítoris por encima de las bragas se movía cada vez con más rapidez bajaban hacia el coño intentando penetrarlo entre gemidos y susurros de ella al notar el roce de la tela.
La boca alternaba uno y otro pezón, lamiéndolos, mordisqueándolos, succionándolos. Ella sentía el aliento jadeante de él, excitado sobre su piel. Aumentando su respiración a medida que aceleraba sus movimientos.
Notó como retiraba la tela de las bragas sin dejar de mover dos dedos arriba y abajo. Acercó su boca al oído susurrándole:
- Quieres que siga?
Ella movió ligeramente la cabeza en un sí mientras de sus labios solo salió un mmmmmmmmmmmmmmm.
Entonces él colocó su dedo pulgar sobre el clítorix y lo empezó a girar sobre él, empapado en los fluidos de placer. Notó su aliento cercano a su oído y una lengua que le recorría el lóbulo mojándoselo
-Quiero que te corrras para mí , escuchó mientras sentía la intensa estimulación de esas manos varoniles en su clítorix,
La presión de los labios y los dedos en su pezón y como la otra mano le acariciaba
sin dejar de mover el pulgar sobre su clítorix con los otros dedos metidos en su coño escuchando el sonido leve producían al entrar y salir en él. El único sonido que se oía aparte de éste eran los gemidos de ella y la respiración jadeante de él.
Los gemidos aumentaron intensamente y él comprendiendo lo que llegaba hizo lo mismo con sus movimientos mientras sentía como ella se corría en la oscuridad de la habitación sin parar hasta sentir el último estertor de placer.
Sacó la mano suavemente, recorrió con ella todo su cuerpo en una suave caricia, acercó los labios a su cuello para besarlo y después ella escuchó:
-Has estado maravillosa..
Notó que se levantaba despacio de la cama, se acercaba al teléfono y lo descolgaba, pero antes de hablar, miró hacia ella y le dijo:
- Voy a encargar algo para cenar, prepárate porque te toca...
Ella sonrió, se incorporó en la cama y se levantó para ir al baño. Le miró y le lanzó un beso mientras le decia guiñandole un ojo:
- Tranquilo, la noche no ha hecho más que empezar...


                  

20 feb 2015

Sin tregua

Es un viernes al mediodía. Hemos quedado en Valencia esta noche. En teoría vas a ir a buscarme a la estación pero lo que no sabes es que estoy montada en el tren a punto de llegar. Hemos hablado a media mañana para ultimar detalles y hemos tenido una conversación algo subida de tono. Me has contado donde vas a comer y que el coche estará aparcado en un parking cercano. Asi que cuando llego, cojo un taxi y le digo que me deje allí. Con un poco de suerte no tardaré mucho en encontrarlo. Estoy cachonda...y según ha ido la conversación tu también ...En cuanto te vea mojaré las bragas y no pienso darte tregua. Calculo que llegarás más o menos pronto ya. Me apoyo en el capó del coche. Llevo un vestido vaquero entallado abierto de arriba abajo con corchetes y sin mangas. Unas sandalias de tacón bajo. Un sujetador que se ata por delante y un culote negros. Oigo pasos a mi derecha...miro y te veo...me miras como si estuvieses viendo un espejismo...quiero acercarme a besarte y restregarme contra ti...quiero sentirte ya...pero voy a esperar a que llegues...quiero que me folles allí mismo apoyados en el coche. Noto como mi clítoris empieza a palpitar y como se me contrae el coño ya mojado preparándose para tí. LLegas donde mí y sin decir nada colocas tu mano en mi nuca y me acercas hacia ti. Metes tu lengua en mi boca de manera intensamente lujuriosa. Noto como tu polla está dura y empiezo a acariciarte desde fuera...estás tan caliente como yo y tampoco tienes intención de esperar. Me sueltas el cinturón y de un tirón abres el vestido. Yo mientras te voy soltando el pantalón sin dejar de jugar con mi lengua en tu boca, morderte los labios y besarte, besarte con lascivia...fuerte...sin coger aire... Me estas masajeando las tetas por encima del sujetador y yo he liberado ya tu polla...grande, dura, caliente, jugosa..mmmmm...tengo ganas de comértela pero sólo voy a chuparla un poco...necesito saborearte...has desatado el sujetador y me estás comiendo las tetas mientras tu mano hurga entre mis bragas y notas como las empapo. Colocas tu palma abierta encima y la mueves...sabes que eso me vuelve loca y separando con brusquedad las bragas a un lado me metes un dedo y me follas....me follas con fuerza mientras yo restriego tu polla y tus huevos con mi pierna...metes otro dedo y otro y según me cubres el coño con ellos los mueves más y más rápido...me acerco a tu oído, te muerdo y te digo que quiero polla....y sin decir nada me agarras y me sientas en el capo, me abres las piernas y mientras me das a chupar los dedos mojados en mi flujo y yo los lamo como si de tu polla se tratase, me la restriegas por la raja lubricándola y sin que me de cuenta me la metes de golpe con una embestida que me echa hacia atrás...me sujetas de los hombros y me follas....me follas con embestidas fuertes mientras lames mis tetas y las mamas como si te fueses a alimentar de ellas...sacas la polla un poco y la vuelves a meter de golpe...te agarro fuerte y nos movemos juntos...cada vez más rápido ...cada vez más fuerte. No puedo dejar de mirarte a los ojos...tienes el placer escrito en ellos y yo voy a abandonarme al orgasmo...bésame, te digo...y mientras me comes la boca siento como tu polla me explota dentro. Cuando recobramos la respiración, sales de mi haciendo que nuestros flujos me resbalen por las piernas. Voy a sacar el tiket de la máquina y como sé que me estás mirando, me paso un dedo por el muslo, me vuelvo y sacando la lengua....lo chupo...


 

10 feb 2015

Arreglando la sandalia

Hacía un día muy bueno. El sol lucía radiante y la temperatura era más que agradable.  A ella le gustaba ir por la mañana a la playa y después de comer salió a hacer unas compras. No le gustaba ir de tiendas. Se agobiaba enseguida con tanta gente y viendo como en algunos comercios las prendas terminaban siempre por los suelos o con manchas de maquillaje porque la gente era muy descuidada. Pero no le quedaba más remedio que hacerlo porque necesitaba urgentemente renovar el fondo de armario.
Cuando volvió a casa tenia bastante calor, así que se duchó y ya más tarde cuando empezaba a refrescar salió de nuevo a andar.
Le encantaba dar la vuelta al Paseo Nuevo. No se cansaba de ver y oir el mar. Además a ciertas horas le resultaba tan relajante que solía sentarse en el rincón de la escultura de Oteiza a leer o a escuchar música...y a pensar. Y hoy tenia esa intencion. Pero cuando ya estaba llegando, se le soltó el cierre de la sandalia. Se iba a sentar en una de las escaleras para ponersela bien, pero el sitio donde se ponía normalmente estaba ocupado. Habia un tio leyendo el periodico apoyado en la escultura. Eso le  contrarió bastante porque ese era su rincón...
- Todo el Paseo libre y este tío tiene que sentarse precisamente aquí, pensó, mientras le miraba...No está mal...tiene un punto...
Tampoco podía andar con la sandalia suelta, asi que al final se sentó e intentó arreglarla. Pero no podía.
- Joder, no puedo, dijo en un tono en el que él la oyó y enseguida  levantó la cabeza y le preguntó...
- Te pasa algo? Puedo ayudarte?
- Se me ha soltado esto y no puedo ponerlo. Te importa intentarlo a tí?...
- Claro, ven...
En ese momento se le presentó un dilema, porque si apoyaba el pie en su pierna, parecía un poco atrevido y si la apoyaba en la escalera doblada por la rodilla, se le veian las bragas...
El se percató de que pensaba y sonriendo le dijo...
-Tranquila ya bajo yo...
Soltó el periodico y lo dejó en el suelo. Se agachó apoyándose en la primera escalera y le cogió del tobillo con una mano y con la otra empezó a mirar como iba el cierre.
- Es sencillo, sólo hay que hacer un poco de fuerza...le dijo mirándole...
Ella tenía un fetichismo especial con las manos y evidentemente no pudo evitar mirárselas. Se le iban los ojos. Bufff, que manos...Grandes...y esos dedos...mmmmmmm tener esa palma de la mano entre las piernas tenía que ser genial...Mientras pensaba en esto, y casi sin darse cuenta, notó como se empezaba a excitar y sin querer como separaba las piernas.
El se dió cuenta del gesto y levantando la vista del cierre miró por entre el vestido.
Eso la hizo reaccionar y en un impulso las volvió a cerrar. Pero la verdad es que la escena tenía su morbo y el sentir su mano acariciarle el tobillo le puso a mil. Así que volvió a separar las piernas, esta vez un poco más. Y esta vez el ya no se molestó en disimular y mientras miraba lo que le estaba ofreciendo separó un poco el vestido para ver mejor.
Ella no pudo resistir la tentacion y abrió las piernas más a la vez que le preguntaba...
-Te gusta lo que ves?
- Mucho, le contestó...esos muslos merecen ser acariciados ...
- Si me arreglas el cierre habrá premio...le contestó mientras cerraba las piernas mirándole sensualmente...
- Está ya casi...dijo él...poniendo una mano sobre su rodilla, acariciándola...y poniéndole la sandalia con la otra.
El sentir su mano recorriendo su pierna hizo que le diese un pinchazo de placer provocando que mojase las bragas...y ya en este punto, como siempre que se excitaba, perdió la nocion del riesgo...se olvidó de que podia pasar cualquiera en cualquier momento y simplemente se recostó en la escultura, y se dejó hacer...
El captó de maravilla el mensaje y poniéndole el vestido a la altura de las ingles, le separó las piernas y con dos dedos le acarició por encima de las bragas...
- Parece que aumenta la humedad en el ambiente...
- Si y está subiendo la temperatura...
Le quitó la sandalia y mientras él separaba despacio las bragas y empezaba a acariciar sus labios, ella le acariciaba por encima del pantalón el paquete notando como su polla se estaba poniendo dura...
- Esto promete, dijo jadeando al sentir como le rozaba el clítoris ....Sentía como su cuerpo se estremecía y como sus jadeos iban en aumento según él lo recorria una y otra vez a la vez que metía sus dedos en la vagina que sonaba cada vez mas húmeda...Cuando le vió como los sacaba para chuparlos no pudo aguantar más y casi sin darse cuenta le dijo en apenas un susurro...
- Quiero saborear tu polla...
- La quieres en tu boca? , preguntó sin dejar de follarle con sus dedos una y otra vez mientras con el pulgar no dejaba de pulsar el clitoris como si de un botón de placer se tratase.
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii....le contestó ella mientras se incorporaba un poco para sacársela del pantalón...
- Espera, dijo él, tirando un poco de su brazo para levantarle...Vamos detrás de la escutura, a la hierba...
Y sin soltarle la mano la llevó despacio ...
- Dime que quieres...te haré lo que quieras, le dijo besándole en la boca...
- Quiero comérmela mientras me haces una paja....
Terminó de soltarle el pantalón y sacó su polla dura, de un tamaño más que bueno, tiesa de lo excitada que estaba y con el capullo ya fuera y brillando.....La cogió con una mano y se la metió en la boca mientras su muñeca la movía arriba y abajo, la sacaba de vez en cuando para lamerla y chupar los huevos y para pasársela por los labios mirándole a los ojos y escuchando como jadeaba de excitación....
- Siéntate, le pidió ... Y cuando lo hizo se arrodilló al lado suyo, dejando su culo en pompa y ofreciéndole una visión de su escote a la que él no se pudo resistir.
Le levantó el vesito y le bajó las bragas recorriendo toda la raja con sus dedos lubricados en su coño. Ella se moría de placer teniendo dentro sus dedos moviéndose en su interior y con la boca llena de su polla, recorriendo el capullo con la lengua y metiéndosela de golpe hasta la garganta.
Estaba deseando que se la llenase de semen y poder tragárselo mientras le miraba.
Con la mano que no le masturbaba le sacó las tetas del sujetador y se las manoseaba como si estuviese amasando la masa para hacer pan a un ritmo que le puso los pezones duros en dos segundos.
Ella no paraba de gemir con su polla en la boca y ahora tres dedos recorriéndole por dentro. Estaba a punto de correrse cuando notó como él le pellizcaba los pezones .  Ella mamaba su polla saboreando el líquido preseminal con el que ya le estaba premiando...estaba delicioso...no podía más..aumentó sus jadeos y el movimiento de sus caderas a la vez que contraía el coño apretando sus dedos. El también  aceleró sus movimientos y sus gemidos, y antes de que pudiera darse cuenta, un chorro de semen le llenó la boca pillándole un poco desprevenida. Pero eso es algo que le ponía muchísimo, asi que mientras se lo tragaba muerta de placer, un estupendo orgasmo la transportó al séptimo cielo....mmmmmmmmmmmm
Cuando terminó de correrse, le  limpió la polla dejándola sin rastro de semen....todavía dura...excitante....
El seguía acariciándole entre las piernas ahora mucho más despacio y le había incorporado un poco para lamerle los pezones...
- Me llamo J, le dijo dándole un beso...
- Soy C...le he contestó ella...
- Encantado...sonrió ...
- Ha sido un placer, si...
Estaban levantándose y vistiéndose cuando él la sorprendió diciéndole:
- C, quiero follarte....
Y recogiendo el periódico del suelo y dándoselo a la mano ella le contestó regalándole la mejor de sus sonrisas
- Vamos a cenar....
Le cogió de la mano para bajar las escaleras y sin soltarse se fueron hacia el puerto.
La noche no habia hecho más que empezar para ellos...


31 ene 2015

El primer encuentro

Son las 8.30 de la mañana. Acaba de llamarme para asegurarse que no me he dormido.
-Hola encanto, como vas?
-Hola corazón, estoy saliendo...
-Vale, te espero allí entonces, sabes llegar no?
-No te preocupes cojo un taxi y ya...
-Bien, nos vemos, adeu. Un beso
-Agur, bai...un besito...
Habíamos hablado por el msn cuando ha llegado al taller. Nos hemos dado los buenos días, me ha contado que todo estaba bien y hemos recordado trozos del día anterior...
Era nuestro primer encuentro en vivo después de haber tenido que ir posponiéndolo durante casi un año y haber ido alimentado durante todo este tiempo el morbo de como sería.
Yo llegaba a las 7 de la mañana más o menos. Preferí hacer el viaje de noche y estar allí pronto para poder aprovechar todo el día. Como no iba a poder venir a buscarme, quedamos en vernos ya en el hotel en cuanto pudiera zafarse del curro, pero como no sabíamos la hora exacta, aproveché para ducharme y prepararme. Más que nada para no pensar demasiado en lo nerviosa que estaba. La verdad es que era muy poco probable que algo saliera mal, pero...nunca se sabe.
Acababa de terminar de secarme el pelo cuando sonó la puerta y oí su voz diciéndome:
- soy yo...
Estaba envuelta en la toalla aún y por un momento se me pasó por la cabeza vestirme a todo correr, pero luego pensé que no, que daba igual...
Me repasé delante del espejo en unas décimas de segundo el pelo y el maquillaje y fui a abrirte.
Cuando le ví por fin delante de mí, sonriendo, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Apenas podía creerlo, pero sí, ahí estabamos él y yo abrazándonos y fundiéndonos en nuestro primer beso...
Según sentía su cuerpo junto al mío y su lengua metida en mi boca, los nervios se fueron yendo para ser sustituidos por una excitación aún mayor pero causada por algo muy distinto.
Habíamos pensado quedarnos todo el día en el hotel, así que le encargué que trajera el desayuno.
- Sorpréndeme, le dije...
Estuvimos abrazados delante de la puerta unos minutos, besándonos y acariciándonos sin decir nada, solo se oían suaves gemidos y el casi impercetible ruido que las caricias producían al roce con la ropa.
En el hotel había ya bastante movimiento a pesar de que era temprano y al oir el sonido del ascensor al parar en nuestra planta, le agarré de un brazo y le metí dentro de la habitación.
- Hola, me dijo, guiñándome un ojo. Has tenido buen viaje?
- Buenos días, le contesté, sí, casi todo el rato he venido dormida y sola en el asiento, así que muy cómoda.
Me dirigí hacia la maleta para coger ropa, pero no me dejó.
- No te vistas, estás preciosa...
Empezó a sacar el desayuno de la bolsa mientras yo me sentaba en la cama  y ponía las almohadas para que pudiéramos apoyarnos.
Le hice un gesto, indicándole como ponerse. Sabía muy bien lo que quería, lo habíamos hablado mil veces, así que se descalzó  y se sentó en la cama con la espalda apoyada en el cabezal y las piernas abiertas para que yo pudiera meterme en el hueco y apoyarme en él.
Ladeé un poco la cabeza y le lamí el cuello. Me cogió de la barbilla y volvimos a besarnos esta vez de manera más suave, sensual...Yo iba notando cada vez mi cuerpo más relajado y a la vez la excitación iba aumentando según nuestros cuerpos se ponían en contacto y sentía la suya.
Estaba recorriendo sus labios con mi lengua cuando sentí que sus manos me acariciaban los pechos por encima de la toalla. Estaban duros, excitados, con los pezones en punta y noté como mi entrepierna se mojaba cada vez más.
Me desató el nudo que la sostenía y empezó a pellizcarlos muy despacio, poniéndolos aún mas erectos. Estaban pidiendo ser lamidos y yo me moría porque lo hiciera, así que me volví y me puse de rodillas delante suyo acercándolos a su boca. Me cogió de ambas tetas y los lamió por turnos, para luego mamar de ellas mientras sus manos me recorrían todo el cuerpo, parándose de vez en cuando en mi culo o palpando mi sexo comprobando como se iba lubricando.
Metió dos dedos en él y los movió para mojarlos y al sacarlos me acaricio el canalillo con ellos. Luego lo recorrió con la lengua mientras jadeaba cada vez más y me ponía a mil....
Me senté encima suyo y pude sentir toda su excitación creciendo entre mis piernas. Me restregué contra su paquete llenándolo de mi humedad y mi olor a mujer ardiendo, le quité la camiseta y fui bajando muy despacio desde su boca recorriendo con mis labios cada poro de su piel hasta que llegué a sus pantalones. El en ese momento me dejaba hacer mientras me acariciaba el pelo y me contaba en apenas un susurro como se sentía...Oirle me aceleraba, me excitaba y hacía que me recrease en mi recorrido. Al llegar a mi destino, chupe con ansia por encima del pantalón, notando como su polla crecía aún mas deseando que le tocase el turno. Fui soltando los botones del pantalón uno a uno muy despacio, quería alargar el momento, mientras me colocaba a un lado suyo para que él pudiera accerder a mi cuerpo mientras yo sacaba su polla por encima del boxer y terminaba de quitarle los pantalones. Una vez fuera, la cogí con una mano y la recorrí desde los huevos hasta el capullo con la punta de la lengua, parándo en éste para lamerlo bien y chupar las gotas de semen que salían. Mientras la movía arriba y abajo masturbándole y acariciando sus huevos, lamiéndole las ingles y volviendo a meterme toda lapolla en la boca para moverla dentro y llenarme de ella.
El me estaba metiendo ya cuatro dedos en el coño y los sacaba de vez en cuando para lubricarme bien desde el clítoris hasta el culo y se los metía en la boca. Y empapados en su saliva volvía a recorrerme toda la raja o se dedicaba de lleno a masturbarme.
Yo, de vez en cuando me sacaba la polla de la boca para pasármela por los pezones o para recorrerme la cara con ella. Me ponía a mil olerla y pasármela por los labios.
- Estoy a punto, le dije jadeando, me voy a correr...
El se tumbó en la cama y me puso encima suyo colocando su cara entre mis piernas. Sabía como me ponía hacer un 69 y mientras me abría el coño con las manos para meter su lengua, yo movía cada vez más deprisa su polla en mi boca sintiendo como el empujaba para metérmela más adentro.
Sentí sus dedos recorriendo mis nalgas y como me metía uno en el culo muy despacio mientras seguía comiéndome el coño sin para ni un segundo...no podía más...estaba muy excitada...
- Me corro, le dije, me corrooooo...
- Hazlo, me susurró, disfruta y regálame un orgasmo...
Me acarició el clítoris con un dedo y sin parar de moverse dentro de mi coño y mi culo, me hizo explotar en lo que sería mi primer orgasmo del día...
Yo no podía parar de correrme...estaba siendo un orgasmo largo e intenso y quería que él se corriera conmigo.
Saqué su polla de mi boca y me fui respalando como una serpiente hasta que mi coño estuvo a su altura y me senté encima sin dejar de moverme, cabalgándole muy rápido...
Noté como se llenaba mi sexo con el suyo acoplándose y fundiéndose en uno.
El me agarró de las tetas y aumentó el ritmo de sus movimientos mientras me pellizcaba con fuerza los pezones.
Jadeó con intensidad mientras su semen caliente me llenaba de placer por dentro y yo, dejándome llevar, me corría con él de nuevo.
Cuando nuestros cuerpos dejaron de moverse, me tumbé a su lado, separé las piernas y recogí con mis dedos el semen que salía por mi vagina para comérmelo.
- Ha sido increíble, me dijo
Me senté y le besé...ahora un beso tierno, intenso, lleno de sentimientos, lleno de placer...un beso pleno.
- Tengo hambre, le dije. Desayunamos?
- Viciosa, me contestó sonriendo....


21 ene 2015

Una ducha más que placentera

Cuando sonó el despertador, se hizo la dormida. La noche anterior había estado hasta tarde en el ordenador y quería evitar a toda costa el interrogatorio matutino.
En la cocina ya no se oía el ruido de tazas y cucharillas, así que pensó que estaría en el baño. Quería muchísimo a ese hombre, aunque malas experiencias anteriores no le dejaban demostrárselo como él quisiera. Al oír el sonido del agua en la ducha, se acercó y tocó a la puerta a la vez que preguntaba:
-puedo pasar?
-claro, entra - contestó él desde dentro.
La cortina estaba corrida, pero por detrás de ella pudo adivinar la silueta del cuerpo desnudo de él. Como le gustaba! Sintió un pícaro escalofrío de placer...
Se bajó el pantalón del pijama y se sentó en el inodoro. El oía lo que estaba ocurriendo y sonrió al pensar lo que venía después. Le ponía a cien ver como se secaba y separó un poco la cortina para poder verlo. Ella sabía que le estaba mirando y por eso puso muchísimo cuidado en todos sus movimientos. Cogió el paquete de toallitas y el ruido que hizo al abrirlo hizo que la polla de él empezase a animarse, sacó una y empezó a pasársela despacio por el coño mientras le miraba a los ojos invitándole a no perderse ni un detalle.
El abrió la cortina del todo y empezó a masturbarse despacio y ella se giró un poco para quedar de frente, abrió bien las piernas y separó los labios con dos dedos dejando aparecer su clítoris dispuesto a disfrutar. Con la otra mano empezó a estimularlo a la vez que se pasaba la lengua humedeciéndose la boca en una provocadora invitación. Llevaba una camiseta blanca y tenía los pezones tan duros que él le pidió que entrase a la bañera con él. Quería lamérselos, tocárselos, pellízcárselos y darles suaves mordiscos... Ella soltó una sensual caracajada y no se hizo de rogar. Se quitó los pantalones y se metió en la ducha. El agua empapó enseguida la camiseta poniendo de relieve sus pechos. El los agarró con las dos manos y los sobó con insistencia, mientras le daba un jugoso beso en la boca, metiéndole la lengua y restregándose la polla, ahora ya dura y caliente, por su cuerpo.
Ella la cogió con una mano y empezó a menearla con firmeza pasándole las uñas de la otra suavemente desde la nuca hasta la rabadilla y otra vez hacia arriba. A él le encantaba esa sensación, le ponía los pelos de punta y añadía más excitación a todo su cuerpo.
Metió las manos por debajo de la camiseta y tiró de ella hacia arriba para quitársela, le besó el cuello, le mordisqueó la oreja y se arrodilló para meterse primero uno y luego el otro los dos pechos en la boca, mamándolos como si fuese un bebe hambriento. Ella le tenía abrazado y se frotaba el pubis por su cuerpo no queriendo perder ni un ápice de esa sensación que le hacía estar como en una nube.
Cogió el gel y se echó una cantidad en la mano, el aroma a té verde y limón hizo que los dos aspirasen aire a la vez como si eso les diese energía para seguir. Empezó a enjabonarle todo el cuerpo y él hizo lo mismo. Cuando llegaron cada uno al sexo del otro pasaron largo rato acariciándoselo, pasando luego al culo y volviendo al coño él y a la polla ella. Estaban con las bocas fundidas como si se tratase de una sola, comiéndose los labios, la lengua y besándose al mismo ritmo que se acariciaban. La excitación estaba llegando a un punto que de seguir así los dos se hubiesen corrido ya, pero querían disrutar mucho más. Por eso ella le propuso aclararse y seguir fuera, en el suelo.
Se juntaron para ponerse justo debajo del chorro de agua y el jabón corrió por sus cuerpos calientes desde la cabeza hasta los pies. Ella estaba apoyada con la espalda en el pecho de él y notaba su polla en su culo, la agarró sin darse la vuelta con las dos manos y empezó a darle movimientos a un ritmo que hizo que él gimiese de placer, lo que hizo que ella se girase y de rodillas se metiese el capullo en la boca, besándolo primero y pasándole la lengua después. Le encantaba lamerlo como si fuese un helado y no escatimó en lametones desde la base de los huevos hasta el capullo y vuelta. Hacía esto tres o cuatro veces y se la metía entera en la boca comiéndosela y moviéndosela dentro mientras acariciaba su culo y sus huevos indistintamente. El la agarró suavemente del pelo para que ella levantase la vista y poder ver la mirada de vicio que ponía cuando le estaba haciendo una mamada. Le cogió por los brazos y le puso de espaldas a él con las manos apoyadas en la pared y le empujó hacia fuera para ponerle el culo en pompa. Ahora le tocaba a él, le separó las nalgas y le acarició el coño desde atrás con una mano mientras le besaba los muslos y le pasaba la lengua por ellos, sintiendo como le temblaban de placer . Le metió un dedo en la vagina notando lo empapada que estaba y se la empezó a comer, lamiéndole el clítoris y metiéndole la lengua como si se la estuviese follando.
Ella gemía como nunca y a él eso le estaba poniendo más que a cien, pero quería alargar ese momento más y por eso a pesar de las protestas de ella, paró un momento y salió de la bañera invitándole a ella a hacer lo mismo. Cogió una toalla grande y la echó en el suelo del pasillo, le puso a cuatro patas y después de pasarle la polla por el culo y por el coño varias veces para recuperar el punto de excitación le metió la punta por el primero con suavidad, moviendóla despacio y sintiendo como ella se quejaba con placer, a la vez que le estimulaba el clítoris con una mano y le pasaba la otra acariciando la espalda.
Estuvieron así un rato, y el sacó la polla del culo y le dió a ella la vuelta y la tumbó en el suelo, le dobló las rodillas y le separó las piernas para poder hundir bien la cabeza entre ellas volviendo a comerle el coño mientras le acariciaba los pechos y le pellizcaba los pezones. Comprendiendo que ella ya no aguantaría mucho más, se esmeró en la comida y movió su lengua dentro de ella a un ritmo que le hizo viajar al séptimo cielo, dentro, sacándola para lamerle el clítoris y dentro otra vez. Así hasta que sintió que ella intentaba cerrar las piernas en señal inequívoca de que el orgasmo estaba por llegar. Le colocó los pies encima de sus hombros y metió su polla en la vagina empapada y a punto para recibirla. Empezó a menearse dentro de ella y ella comenzó a moverse al unísono con movimientos tan acompasados que parecían un solo cuerpo. El sabía que a ella le gustaba besarle durante el orgasmo, por eso le bajó las piernas, se tumbó encima sin dejar de moverse, la agarró por la nuca y le besó metiendo la lengua hasta la garganta, le miró a los ojos y supo que había llegado el momento. Se corrió dentro de ella mientras ella gimiendo y retorciéndose de placer, hacía lo mismo.


11 ene 2015

Un día de pesca

Era la segunda vez que iba a ese pueblo. Lo había conocido durante una visita a la Costa Brava en Semana Santa y le había enamorado lo tranquilo que era incluso en agosto, así que cuando quiso desconectar de todo hizo una llamada al pequeño hostal y reservo quince días.
El trabajaba cerca y habían coincidido muchas veces desayunando o paseando por el puerto y poco a poco se habían ido conociendo, haciendo confidencias y forjando una amistad que luego tendrían que mantener en la distancia por teléfono y por internet. Había cierta atracción, los dos lo sabían, pero de momento no habían pasado de algunas caricias y ciertos arrumacos, pero estaba claro que en cualquier momento iba a suceder...
La noche anterior habían cenado juntos y él la había invitado a salir a pescar al día siguiente y la verdad la idea de estar sin hacer apenas nada al sol y mecida por el mar le resultaba muy, muy tentadora y placentera, así que le dijo que si.
En ese momento llegaba al puerto y le vió desde lejos preparándolo todo. Cuando estaba más cerca él se dió cuenta de su presencia y levantó la vista. Estaba guapa con un pareo que le llegaba justo por encima de la rodilla, la parte de arriba de un bikini y unas sandalias de dos tiras que dejaban prácticamante desnudos los pies, pequeños, cuidados, bonitos. Sonriéndole se agachó a darle un beso. El roce de sus labios le pareció sensual y excitante. Había decidido dejarse llevar y no poner freno a lo que desde hace tiempo estaba deseando hacer...
Cuando ya estaban fuera del puerto ella se tumbó, la brisa movía el pareo dejando ver la parte de arriba de sus piernas y lo que había entre ellas. El no podía apartar la vista mientras preparaba las cañas y ella se dió cuenta así que las abrió ligeramente apartando el pareo mientras se acariciaba la parte interna de los muslos con la yema de los dedos. LLevaba las gafas de sol puestas así que él no podía ver la expresión de sus ojos pero la manera en que se mordía el labio inferior al hacerlo le demostró que estaba disfrutando. El llevaba un bañador y se había quitado la camiseta. Dejó colocadas las dos cañas y se acercó hacia donde estaba ella. Se arrodilló delante y apartando su mano de las piernas empezó a acariciarlas él con sus labios desde los tobillos hacia arriba mientras con sus manos buscaba los pechos y pellizcaba por encima de la tela los pezones. Estaban duros y se marcaban insinuantemente lo que hizo que se los llevase a la boca para mordisquearlos mientras sus manos desataban el pareo. Empezó a acariciar el pubis por encima del bikini notando como si iba mojando al tacto. Acercó su boca a la de ella besándola suavemente y fué bajando despacio por el cuello, los hombros, el escote parando en cada pecho mientras le quitaba el sujetador y se los metía en la boca primero uno y luego el otro. Se había colocado encima de ella y sus entrepiernas se rozaban en suaves movimientos de vaivén acompasados mientras sus bocas se fundían en jugosos besos y sus manos se acariciaban mutuamente.
Ella notaba la polla de él dura aun en el bañador y mientras con una mano la acariciaba con la otra iba desnudándolo. Cuando estuvo fuera y libre la agarró con una mano y empezó a masturbarla contra su coño. El dedicó un momento a quitarle el bikini primero la braga y después el suje y llevo la mano que sostenía su polla hacia abajo para estimular con el capullo el clítoris mientras con la otra separaba bien los labios al hacerlo. Ella emitió un largo gemido de placer y le dedicó una sensual sonrisa. Mientras él dedicaba toda su atención a su coño ella estaba estimulando su culo con los dedos húmedos en su propio flujo. No paraban de besarse y mordisquearse y los jadeos iban en aumento. Ella le había contado en alguna ocasión que lo que más le gustaba era el sexo oral, así que decidió que iba a hacer que alcanzase el éxtasis en su boca.
Se separó un momento de ella y le agarró de las piernas colocándose él en medio atrayéndola hacia sí. Acarició con los dedos su clítoris y mientras los bajaba hacia la vagina acercaba su boca a sus muslos besándolos y lamiéndolos. La manera en que ella arqueó su espalda le hizo sonreír de placer sabiéndola disfrutando. Cuando subió hasta su pubis el clítoris estaba tan excitado que sobresalia caliente y húmedo entre los labios. Abrió estos con dos dedos y pasó la lengua desde el coño hasta arriba entreteniéndose en él, lamiéndolo, besándolo, succionándolo, mordiéndolo cada vez más rápido mientras metía primero un dedo y luego poco a poco alguno mas en el coño inmensamente lubricado. Ella movía cada vez más rápido las caderas y se acariciaba los pechos. Sus gemidos eran muy explícitos y él sabía que el momento estaba cerca así que bajó la cabeza un poco más y metió su lengua sin dejar de moverla ni un segundo. No quería perderse ni un momento de la excitación de ella así que mientras la follaba con su lengua se masturbaba para que la polla estuviese preparada. Notó como a ella le costaba mantener las piernas separadas así que aceleró los movimientos y a la vez que ella emitía un largo gemido de placer, el sintió como ese placer le llenaba la boca. Siguió un corto rato acariciándola con la lengua después de que ella se corriese y después le incorporó despacio sentándola al borde del saliente. Le besó en los labios fugazmente, le agarró la cabeza suavemente y mientras ella abría la boca él metía su polla en ella. Durante unos minutos él marcó el ritmo de la mamada pero poco a poco ella agarró la polla con sus manos y sacándosela de la boca empezó a marcarlo ella. Mientras se miraban a los ojos llenos de lujuria ella le pasaba la lengua por los huevos, el pene y en especial por el capullo bebiendo las gotas que salían de él y volviéndosela a meter en la boca mientras su mano la movía arriba y abajo con movimientos cada vez más rápidos. Acariciaba sus nalgas y su culo para aumentar la sensacional de placer y metía despacio la punta de su dedo girándolo mientras notaba como él cada vez embestía con mas fuerza su boca.
- Quiero correrme en tu boca, le dijo...
Ella solamente hizo un movimiento leve de cabeza asintiendo mientras le guiñaba un ojo sin distraerse ni un momento en lo que estaba haciendo sino aumentando el ritmo de cada movimiento. Le miró a la cara con lascivia y en ese momento él explotó dentro de ella llenando su boca y su garganta de semen. Ella lo tragó sin dejar de mirarle mientras recogía con sus dedos lo que salía por entre la comisura de sus labios y se los lamía limpiándolos.
Le agarró suavemente y la levantó despacio acercándola a él y besándole los labios. Se apoyaron en la barandilla y estuvieron largo rato entre besos y caricias notando como iba volviendo poco a poco la excitación a cada poro de su piel, tranquílamente, sin prisas él le dió la vuelta y mientras giraba su cabeza para seguir besándola le separaba suavemente las piernas y restregaba su polla, que ya volvía a estar dura, por su coño desde atrás, el culo, la vagina, los labios y otra vez el culo. Mientas le masajeaba los pechos ella hacía lo mismo con su clítoris y ponía su culo en pompa ofreciéndoselo. El entendió el gesto aunque primero le penetró por el coño para lubricarse mientras dilataba el culo con dos dedos empapados en su flujo. Al poco ella notó como le entraba la polla y le invadió una inmensa sensación de placer al tiempo que sentía cierto dolor, que fué pasando a medida que el aumentaba el ritmo de la embestidas. Ella seguía masturbando el clítoris y con otra mano se agarraba fuertemente a la barandilla. Los movimientos de sus dedos seguían al de los cuerpos como si estuviesen ensayados. El la agarraba de un hombro con una mano y de la cadera con la otra mientras le besaba el cuello y la nuca.
Parecía que el tiempo se hubiese parado y sólo estuvieran ellos dos ahí juntos, enganchados, disfrutando....El le susurró algo al oído y ella sonrió.
- Vamos, le dijo a la vez que aumentaba todos sus movimientos. El apoyó su cabeza contra la de ella y agarrándola más fuerte y como si fuesen uno solo alcanzaron el orgasmo.
Cuando terminaron, él paso sus dedos suavemente por la espalda de ella mientras salia de su interior. Ella se dió la vuelta extenuada, satisfecha, feliz....Se besaron, se tumbaron y se dieron la mano mientras por el cuerpo de ella aun resbalaba el semen de él...


1 ene 2015

Sorpresa en el despacho‏

Eran las cinco de la tarde. Los miércoles trabajaban los dos por la tarde y solían quedarse a comer con otros compañeros del bufete. Nadie conocía en la oficina su relación, por eso delante de ellos se comportaban como dos más. Pero siempre que coincidían sus miradas, ella le regalaba la mejor de sus sonrisas o él le guiñaba con complicidad el ojo.
Cuando ya habían tomado el postre y los cafés ella se levantó y con la excusa de que quería retomar un asunto cuanto antes, abandonó el restaurante y se dirigió a su despacho. Por el camino se puso a pensar en él, en lo mucho que se atraían y en el morbo que se daban el uno al otro. En como le gustaban sus encuentros tan distintos unos de otros y tan llenos de sensualidad y erotismo. Solía tener relaciones con otros hombres pero tenia que reconocer que la que tenia con él era muy especial.
Cuando el ascensor llegó a la quinta planta del edificio, salió y se dirigió hacia su oficina. Tenia que pasar por delante de la de él y en ese momento se le ocurrió darle una sorpresa. Entró y se escondió debajo de la mesa. Sacó algo del bolso y lo dejó a un lado. Oyó voces en el pasillo así que se agazapó esperando que él entrase de un momento a otro.
Lo que no esperaba es que no entrase solo. Era un despacho grande y tenia una mesa de reuniones en la parte más alejada de la puerta. Uno de los socios entraba con él porque en su oficina estaban los de mantenimiento arreglando algo.
Al pricipio pensó en dejarlo, pero como tampoco podía salir de su escondite, decidió seguir adelante.
Los dos hombres se sentaron mientras seguían hablando de sus cosas. Cuando tuvo controlado que el otro estaba lo suficientemente lejos se acercó despacio a la pierna de él y empezó a acariciársela por dentro del pantalón con la yemas de los dedos.Al sentirla, él pegó un pequeño salto en la silla. Estuvo tentado de mirar debajo de la mesa, pero no hizo falta.
Con la otra mano ella acariciaba su paquete para que fuese creciendo. Le mordisqueaba las piernas, las rodillas...El estaba deseando que llegase arriba, pero ella le quería a cien y estaba dispuesta a hacerle sufrir, que casi le rogase que la sacase y se la comiese.
El le buscaba con la mano por debajo de la mesa para llevar su cabeza hacia su bragueta. Quería desbrocharse el pantalón, pero ella no le dejaba.
De vez en cuando se oía como la otra persona le hacía a él alguna pregunta o algún comentario y ella notaba divertida como a él le costaba poder contestarle. Su juego estaba dando lo que ella quería.
Agarró la mano de él que la buscaba y le dió unos mordisquitos y suaves besos. El sentía su boca muy cerca de su polla y como esta iba creciendo caliente y excitada.
Empezó a oír como ella se quitaba el cinturón y supo que empezaría a masturbarse. Eso le puso totalmente al límite. Consiguió cogerla de una mano y desabrocharse su pantalón. Sacó su polla inmensa, caliente y dura, muy dura.
Ella mientras tanto empezó a tocarse por encima de las bragas a la vez que se la recorría con los labios dándole suaves besos. Llegó al capullo y le pasó la lengua por todo alrededor chupándolo todo.
De repente se oyó un zumbido que él reconoció enseguida. era el vibrador, iba a hacerle una mamada mientras ella a su vez se hacia un vibrador. Esa imagen y el morbo que le producía el que su compañero se diese cuenta de lo que estaba pasando le puso en un estado de excitación que hacía tiempo no sentía.
Ella recorrió su polla con el aparato y se lo llevó al clítoris mientras llevaba ésta hacia su boca. Ya dentro, la movía una y otra vez arriba y abajo llenándose con ella. Y entre sus piernas el vibrador a su vez entraba y salia produciéndole un inmenso placer. Así pasaron algunos minutos. El notaba por la aceleración de los movimientos que ella estaba a punto de alcanzar el orgasmo. Casi podía ver claramente la escena. Mientras notaba como la polla estaba en un momento dentro y al instante era lamida por la lengua ágilmente, los huevos succionados y las ingles acariciadas solamente con la punta.
Notó como ella se estremecía y supo que el momento estaba muy cerca.
En ese instante al otro lado de la habitación, la otra persona se levantó de la silla y acercándose hacia la puerta, la abrió y se despidió con un "hasta mañana"...
Cuando se hubo marchado, él echó la silla hacia atrás, le atrajo a ella hacia él y la tumbó. Le desabrochoó la blusa para acariciarle los pechos mientras le metía su polla y le besaba en la boca y con aceleradas embestidas terminó encima de la mesa lo que ella había empezado debajo...

 
      

22 dic 2014

Sobran las palabras

Hace un par de meses ella estaba buscando unas medias de rejilla para comprar y entró en una tienda on line especializada en fetichismo. Estuvo mirando el catálogo y vió que había un foro. Le picó la curiosidad y se registró. Nada más entrar alguien le habló y le preguntó que buscaba por allí. Le contó lo que quería y él le dijo si le dejaba elegírselas. A ella le hizo mucha gracia el gesto y le dijo que si. El le fué guiando por la página, se veía que la conocía bien, mientras hablaban de gustos, aficiones , etc...Poco a poco se fueron dando cuenta que conectaban y cuando se iban a despedir el le preguntó si le gustaría mantener el contacto. Ella, sin decirle nada más, le dió su dirección del msn. Se despidieron ambos sonriendo. 
Desde entonces hablan prácticamente a diario y se fueron dando cuenta de que en cuestión de sexo estaban casi hechos el uno para el otro. Se descubrieron nuevas sensaciones, nuevos gustos. Planeaban juntos mil encuentros, sitios, situaciones, practicaban cibersexo, teléfono, etc.. Su imaginación siempre les llevaba a algo nuevo que querían compartir. 
Y en verano, decidieron que había llegado el momento de conocerse. Ella se acercaría a la ciudad donde el vivía y pasaría unos días. 
En este momento ahí estaban. Era un calurosísimo día de julio y lo estaban pasando en la piscina. Habían ido muy temprano y estaban en dos tumbonas juntas la una a la otra puestos de costado acariciándose el uno al otro, dándose suaves besos, contándose mil cosas, insinuándose otras mil...Todo de una manera ardiente pero a la vez inocente. Nadie al verlos pensaría que estaban teniendo esa conversión. 
Habían almorzado en el bar, se habían bañado y se disponían a ir a comer a un restaurante en el que él ya había encargado la mesa. 
Recogieron las cosas y se fué cada uno al vestuario para ducharse y cambiarse de ropa. Quedaron fuera. 
Cuando la vió salir, se le escapó una sonrisa. Era sencilla, pequeña, pero deliciosa. Llevaba unas mallas hasta la rodilla negras con un pequeño dibujo blanco y un top liso a juego. Por supuesto la mirada se le fue a los pies, pequeños, cuidados. Sandalias negras con apenas dos tiras de charol y un tacón de unos cinco centímetros fino. El tobillo izquierdo estaba adornado con una cadena de plata con tres piedras de azabache en forma de soles. 
Le abrió la puerta del taxi y cuando ella se acercó para subirse le agarró de un brazo, le atrajó hacia él y simplemente le dió un beso en la boca. Ella le miró sin decirle nada, sólo le sonrió. No les hacia falta más... 
Ya dentro del taxi ella apoyó su cabeza en el hombro de él recorriendo su pecho tamborileando los dedos. En ese momento él recordó que le había contado que una de sus fantasía era masturbarse en un taxi en un recorrido largo. Que en su ciudad por ser pequeña no se podía. Y quitándose las gafas de sol, le miró divertídamente asustado. Ella no pudo contenerse y soltó una carcajada. Simplemente le acarició cariñosamente el pelo... 
Tardaron unos 20 minutos en llegar al restaurante. Una ensalada, una tabla de ibéricos, una de patés y una de quesos es lo que el había encargado para comer. Acompañado con cava. 
El postre lo dejo a la elección de ella. Baileys con hielo y trufas heladas. 
Dejó que se fumara un cigarro mientras traían la cuenta. A él le costaba trabajo apartar la mirada de su pies, como jugueteaba con la sandalia, como se le caía al suelo y lo dejaba desnudo, como la recogía... Estaba deseando besarla, tocarla, acariciarla, fundirse con ella. 
Mientras él pagaba la cuenta ella se acercó a recoger una tarrina de kilo de helado de crema rusa que habían encargado para llevar. 
No estaban muy lejos del metro, así que fueron andando hacia la estación. 
Ya en casa ella fue al baño y él a meter el helado en el congelador. 
-Puedes venir un momento? oyó desde la cocina. 
-Si, voy. Le contestó. 
Cuando entró ella le agarró de las dos manos, le apoyó en el lavabo, le puso su mano en la nuca y comenzó a besarle despacio en los labios. Pasando la punta de su lengua, mordisqueándolos suavemente, metiendo sensualmente su lengua en su boca, moviéndola...Mientras con la otra mano llevaba las de él a sus pechos, duros, con los pezones en punta de la excitación. 
Dejó de besarle un instante para quitarle la camiseta. La dejó en el suelo con cuidado y se quitó el top, dejando una insinuante visión de sus pechos redondos agitados por su espiración todavía dentro del sujetador. 
Agarró la mano de el y la llevo a su entrepierna y con la suya encima la movía despacio acariciando la zona, notando como se iba mojando mientras le susurraba al oído gemidos y le proponía lo que quería hacerle. Notó al hacerlo como su poya crecía dentro aún del pantalón, era algo que habían hablado muchas veces y se habían excitado juntos al planearlo. 
Ella era lujuria en estado puro y él estaba descubriendo que juntos no tenían limite. 
Le mordisqueó las orejas, le lamió el cuello, los pezones mientras soltaba poco a poco los botones del pantalón. Estaban descalzos y le acariciaba su pie con el suyo subiendo hasta la rodilla... 
Volvió a besarle la boca ahora un beso largo y jugoso, sin juegos, solo pasión. Terminó se soltarle el pantalón y se agachó para quitárselo.Cuando iba a volver a ponerse de pie, paró a la altura de la polla mordisqueando el capullo dentro del gayumbo, pellizcándolo despacio notando en sus dedos como empezaba a mojarse. siguió acariciándolo a la vez que se quitaba las mallas. 
Sabia como le excitaba a él verla en ropa interior así que se acercó restregando sus pechos en él y le dijo sensualmente: 
- la ropa interior quítamela tú cuando quieras. 
Pasaron bastante rato masturbándose el uno al otro. El saco los pechos de ella del sujetador sin quitárselo y se los llevo a la boca. Lamió los pezones, los mordió, masajeó las tetas una y otra vez. 
Ella mientras tanto tenia la mano metida dentro del boxer y acariciaba sus huevos, saco fuera de la goma el capullo y se agacho a lamerlo doblando la cintura. De esta manera el veía desde arriba la fina tira del tanga. La cogió con dos dedos, la apartó y empezó a acariciar el culo de ella con movimientos circulares, metiendo despacio un dedo. Ella se movía excitada y sacaba poco a poco la polla del todo. Paró un momento para quitarle los gayumbos. Y cuando él ya estuvo desnudo se arrodilló un momento para ponerle la poya al límite. Ambos sabían que para hacer lo que querían necesitaban estar al máximo de excitación, porque cuando lo hiciesen el orgasmo no se haría esperar. Así que mientras ella tenia la polla dentro de la boca y movía acompasádamente la cabeza a la vez que metía un dedo mojado en su flujo por el ano de el, este le terminaba de desnudar y llevaba su dedo corazón entre los labios de ella dejándolo encima del clítoris húmedo, grande y caliente moviéndolo despacio para mojar bien todo la zona y cada vez acercarse más a la vagina e ir metiendo primero un dedo y luego otro moviéndolos dentro, poniéndola al limite del placer. 
Los dos sabían que el momento estaba cerca así que ella le cogió de la mano y juntos entraron en la bañera. Ella se acariciaba los pechos y el retomaba la postura anterior dentro de ella, besándole en la boca y con la otra mano masturbándose, deseando que ella hiciese lo que tantas veces habían hablado. 
Apenas habían estado unos minutos tocándose cuando ella le avisó que su orgasmo estaba cerca. El aceleró el movimiento de sus dedos dentro de su vagina y apoyó bien la palma de la mano en el pubis. Y mientras sus lenguas se fundían en un lujurioso beso dentro de sus bocas ella se corrió en su mano para al instante después mearse en ella de gusto. 
Sin decir nada solo sonriéndose llenos de complicidad y mirándose a los ojos, ella se sentó en el borde de la bañera y él apoyo una mano en la pared poniéndose de espaldas y comenzó a masturbarse cada vez mas deprisa con la que tenia llena del orgasmo de ella. 
Mientras ella le separaba despacio las nalgas e introducía un dedo húmedo en sus flujos en él y poco a poco se lo lamia cada vez mas rápido cambiando el dedo por su lengua cada vez más dentro. A medida que ella lo hacia el aumentaba el ritmo de su mano y su muñeca, de sus gemidos, de sus jadeos y al poco rato ella sintió como manchaba la pared con el fruto de su orgasmo. 
Cuando calmaron un poco su excitación, el abrió el grifo de agua caliente de la ducha, la cogió de una mano y apoyándola en su pecho y rodeándola con sus brazos se metieron debajo. 
Ella ladeó la cabeza para besarle los labios y simplemente se miraron sonriendo. Sobraban las palabras.



12 dic 2014

Si el equipo gana

A ella le encantaba el fútbol. Su padre le había hecho socia de su equipo cuando tenía cuatro años y con el tiempo había pasado a ser un elemento importante en su vida. De hecho, el fútbol le gustaba, pero por su equipo sentía un amor especial.
A él sin embargo el fútbol no le importaba mucho, casi nada, pero sabiendo lo importante que era para ella, intentaba de vez en cuando compartir esos momentos. Siempre decía que ojalá ganase el equipo porque entonces estaba tan feliz que le podías pedir casi cualquier cosa. Pero ultimamente eso no pasaba muy a menudo, al contrario, le tocó estar con ella cuando bajaron a segunda división, y cuando al año siguiente estando con todo a favor para subir, perdieron una oportunidad de oro en Vitoria.
Por suerte hoy era uno de esos días que había merecido la pena acompañarle. Jugaban fuera de casa y habían aprovechado para escaparse el fin de semana. Habían ganado y ella estaba pletórica porque tenían el ascenso a tiro de piedra. Sólo quedaba rematar la buena temporada que estaban haciendo. Se habían quedado a cenar y a tomar unas copas y ahora estaban en el coche de camino a casa.
El conocía perfectamente el camino porque lo hacía muchos fines de semana para ir a esquiar, así que iba conduciendo muy tranquilo. Además le gustaba mucho conducir de noche y ya eran las cuatro y media de la madrugada por lo que no había trafico.
La conversación era un poco subida de tono, porque la noche anterior entre mojito y mojito ella se había apostado que si el domingo ganaban, cuando llegasen a casa habría sexo del bueno. Eso quería decir que estaba dispuesta a hacerle correrse con una estupenda mamada. Y él se lo estaba recordando. Se reía divertida porque aunque no la recordaba al cien por cien, le daba la impresión de que el estaba añadiendo detalles que ella ni había insinuado.
Quiso marcarse un farol y pensando que él no lo iba a recoger le propuso no esperar a llegar a casa y hacérsela allí mismo, en aquel mismo momento.
Apartó un momento la vista de la carretera para mirarla y le pregunto:
- estás loca?
- si, por comértela, le contestó ella...
- ahora?
No contesto, le miró, le guiñó un ojo y empezó a tocarle por encima del pantalón. El comprendió que hablaba en serio así que se acomodó en el asiento para dejarle hacer.
En el cd se había terminado el ultimo disco de U2, así que puso una recopilación de Queen, el grupo preferido de ella, lo que hizo que le agarrase la cara para volverla un segundo y apenas le rozó los labios con los suyos y le pasó la lengua con un gesto que a él le resultó tremendamente sensual. El aumento de tamaño de su polla, así se lo reconoció.
Llevaba unos levi´s de bragueta de botones. A ella le gustaba soltarlos de uno en uno muy despacio sin dejar de sobarle como si de un ritual se tratase para que a medida que la excitación de él iba en aumento tener el camino despejado para liberarla. Cuando soltó el ultimo, metió la mano por el elástico del boxer y entonces fue cuando realmente se dió cuenta de lo dura y caliente que estaba. Jugueteó con ella unos minutos meneándola con casi perfectos movimientos humedeciéndose los labios con la lengua y mirando por el rabillo del ojo que él estaba impaciente de placer, besó el enorme capullo como anunciando que había llegado el momento.
El tenia la mano derecha en la palanca de cambios, metió quinta y la retiró para dejarle a ella el camino libre.
Se ensalivó las dos manos y mientras con la izquierda se metía la polla en la boca, con la otra le daba un suave y excitante masaje en los huevos. Fue cogiendo ritmo en el movimiento hacia arriba y hacia abajo a la vez que giraba ligeramente la muñeca y dentro de la boca movía la lengua lamiéndosela toda. La sacaba un poco y se la chupaba entera, le besaba el capullo, lo mordisqueaba con delicadeza y con un sensual movimiento de los labios le succionaba los testículos y vuelta a empezar.
El intentaba mantenerse atento a la carretera pero le era casi imposible. Miraba hacia abajo y veía como se movía su cabeza y sentía la destreza con que se la estaba comiendo en cada poro de su piel.
Le pasó suavemente la mano por el pelo y ella hizo un movimiento con el culo como pidiéndole que se lo acariciase. Comprendió el gesto y se lo empezó a sobar despacio . A pesar de que ella llevaba unos pantalones ajustados, no tuvo mucho problema para poder meter la mano por la cintura para tocárselo.
Eso aumento la excitación de ella e hizo que por un momento acelerase el ritmo de la mamada, lo que hizo que él se estremeciese en el asiento, para de repente parar para soltarse el botón y bajarse la cremallera. El, adivinando lo que pretendía se cogió la polla para no perder nada de la excitacion, mientras ella se quitaba los pantalones y volvía a coger postura rápidamente , pero ahora ofreciéndole a el un panorama que le hizo dar un suspiro mientras metía suavemente el dedo por las bragas y le tocaba la vagina húmeda, empapada de placer. Uso esta humedad para lubricar el culo y el clítoris y mientras ella recuperaba para él con su boca el clímax él se esmeraba con su dedo en darle a ella el suyo. Acariciándole el coño al mismo ritmo que ella le comía la polla.
Estuvieron así dándose placer el uno al otro durante unos minutos. Ella gemía y balanceaba su cuerpo en señal inequívoca de que el momento cumbre llegaba. El atendiendo esas señales aceleró el movimiento de los dedos en la vagina y el clítoris dando así el punto que necesitaba para que una magnifica paja terminara en un estupendo orgasmo. Y mientras ella se corría, el resultado de su bien trabajada mamada inundaba su boca.



 

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